sábado, 12 de enero de 2019

Dioses, criaturas y origen y fin del mundo.

Seres sobrenaturales 
Hay tres clanes de deidades, los Æsir, los Vanir y los Jotun (llamados «gigantes» en este artículo).

Los dioses vikingos
Los pueblos nórdicos adoraban dos clases de dioses, una de ellas y la principal, es la de los Æsir. En Asgard, el hogar de los dioses, habitaban los Æsir (dioses) y las Asynjur (diosas). Todos ellos componían la asamblea a cuya cabeza estaba Odín, el más noble y el más importante. Entre estos dioses, podemos destacar a Thor, dios del trueno, con guantes de hierro, su famoso martillo, Mjolnir, y dueño de un cinturón mágico; también dios de la fuerza y muy cercano a Odín en jerarquía. Balder, hijo de Odín, dios de la belleza y la inteligencia. Tyr, dios del valor; sacrificó su mano para que el resto de dioses pudieran atar al gran lobo Fenrir. Bragi, dios de la sabiduría y la elocuencia. Heimdall, hijo de nueve doncellas y guardián de los dioses; duerme menos que un pájaro y el sonido de su cuerno puede oírse en cualquier lugar del cielo o de la tierra. Höðr, conocido como misterioso dios ciego que asesinó a su hermano Balder con un dardo de muérdago, la única planta que podía herirlo, ya que la madre de ambos al nacer Balder, hizo prometer a todo ser vivo o inerte que no dañaría a su hijo, pero se olvidó de una pequeña planta, el muérdago. Loki, cansado del ego y la invulnerabilidad de Balder, le entregó a su hermano ciego un dardo hecho de muérdago que asesinaría a su hermano. Odín castigó a Loki atándole a tres piedras y haciendo que una serpiente escupiese veneno sobre su cara cada cierto tiempo, inflingiéndole un dolor terrible y desfigurando su cara. Vidar es el dios taciturno, pero el mejor para resolver cualquier conflicto por difícil que sea. Váli es el dios de los arqueros, con una puntería insuperable. Ull es el dios del combate cuerpo a cuerpo. Forseti es el As de la concordia y la amistad. Loki es la desdicha de todos los Æsir y de los hombres; astuto e intrigante, imprevisible y caprichoso, es el dios del caos, el azar, propenso a la mentira y el engaño. Entre las diosas o Ásynjur del panteón nórdico se encuentra Frigg, esposa de Odín, la vidente; Eir, la curandera; Sjöfn, que conduce los pensamientos de los hombres hacia el amor; Var, diosa de los juramentos; Syn, la guardiana de las puertas; Iðunn, esposa de Bragi, guarda en un estuche las manzanas que morderán los dioses cuando envejezcan.
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Los Vanir
Aunque los habitantes originales del cielo eran los Æsir, ellos no eran las únicas divinidades que las razas nórdicas veneraban, pues también reconocían el poder de los dioses del mar, del viento, de los bosques y las fuerzas de la naturaleza. Estos dioses se denominan Vanir, vivían en Vanaheim y gobernaban sus dominios a su deseo. Njörðr rige el viento, el mar y el fuego, y tiene como esposa a Skaði, la cazadora. Frey y Freyja son hijos de Njörðr: Frey rige la lluvia y el sol y era invocado para conseguir buenas cosechas, representa la fecundidad; Freyja es la diosa del amor.

Relación entre Æsir y Vanir
La distinción entre Æsir y Vanir es relativa. Se recalca el carácter guerrero de los primeros y pacífico de los segundos. Hay dioses que pertenecen a ambos campos, y con frecuencia, se producen asimilaciones o divisiones entre deidades. Por ejemplo, antiguamente Frey y Freyja eran dos aspectos de una misma deidad que luego se separó. Más tarde, la popularidad de Freyja, y el parecido de sus nombres y funciones, hicieron que se confundiera con Frigg. Algunos estudiosos, entre los que se encuentra Georges Dumézil, marcan una diferencia respecto al carácter terrenal de la acción de los Vanir. En ellos encontramos incumbencias sobre la siembra, el clima y las cosechas. El carácter de los Æsir no deja dudas de que se trata de dioses que se ocupan de cuestiones espirituales. Un importante acontecimiento entre ambos grupos es el acuerdo de paz, intercambio de rehenes, y los casamientos que se efectuaron entre ellos después de una prolongada guerra, que finalmente fue ganada por los Æsir. Fue de esta manera como Njörd, el Van, vino a Asgard para vivir con sus dos hijos, Frey y Freyja, mientras que Hœnir, el As, hermano de Odín, hizo de Vanaheim su morada. Algunos expertos han especulado que esta historia simbolizaba la forma en que los dioses de las tribus indoeuropeas habían suplantado a los antiguos dioses de la naturaleza de los habitantes originales, aunque debe subrayarse que ésta es solo una conjetura. Otros estudiosos consideran que la distinción Æsir/Vanir no es más que la manifestación noruega de una división de las divinidades en general entre los indoeuropeos, paralela a la de los olímpicos y los titanes en la mitología griega o a su vez en partes de la gran epopeya hindú, el Mahabhárata.

Los Jotuns
Los gigantes o jotuns (jötnar, iotnar, þurs, eotenas, etc.) son seres peligrosos para los hombres. Estos se pueden comparar con los titanes y gigantes de la mitología griega y generalmente se traducen como «gigantes», aunque «troles» y «demonios» se han sugerido como alternativas más útiles. Son seres monstruosos y enormes, pero también sabios y ricos, de los que se benefician los dioses en ciertas circunstancias. Están en el origen del cosmos (que se forma del cuerpo de Ymir). Algunas gigantes poseen una gran belleza (por ejemplo Gerðr).
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Relación entre dioses y gigantes
Algunos de los Æsir son descendientes de los Jotuns y realizan matrimonios entre ellos. Algunos de los gigantes se mencionan por su nombre en las Eddas, y se muestran como representaciones de las fuerzas de la naturaleza. Existen dos categorías de gigantes: gigantes del hielo y gigantes de fuego. Estos mantienen una hostilidad implacable con los dioses, que se materializa en luchas generalmente lideradas por Thor. En el Ragnarök las fuerzas de la destrucción estarán encabezadas por gigantes, como Surt y Hrym.

Otros seres sobrenaturales

Nornas
Las nornas (nornir) fijan el destino y sus decisiones resultan irrevocables. Se especula que podrían haber sido muy numerosas en el pasado, pero en época escandinava (cuando son fijados los poemas y relatos) hay tres nornas principales; Urðr («lo que ha ocurrido»), Verðandi («lo que está ocurriendo») y Skuld («lo que debería suceder»), y residen en las raíces de Yggdrasill hilando el destino de los hombres, y, en especial, con hilo de oro, el de los héroes. Se relacionan a su vez con las dísir y las valquirias lideradas por Odín, también divinidades relacionadas a aspectos del destino, un concepto muy importante para estos pueblos.
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Valquirias
Las Valquirias son importantes personajes femeninos. Eran seleccionadas personalmente por Odín, eran hermosas y fuertes guerreras con la capacidad de sanar cualquier lesión. Su tarea consistía en llevar al Valhalla a los héroes caídos en batalla. Allí los atendían sirviéndoles hidromiel y deleitándolos con su belleza. Las valquirias debían ser vírgenes (skjaldmö) y su residencia habitual era el Vingólf, situado al lado del Valhalla. Eran comandadas por la diosa Freyja.
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Enanos y Elfos
Los enanos (dvergr) eran una raza especial, pues evolucionaron de los gusanos que se comieron el cadáver de Ymir, que fue asesinado por los dioses al principio de los tiempos, viven bajo la tierra (Svartalfheim) y su ocupación principal es la minería y la metalurgia. Además, poseen la sabiduría oculta y sagrada que les permite forjar armas mágicas para los héroes y objetos muy poderosos para los dioses. Los alfos o elfos (álfar) en la época escandinava formaban dos grupos: los álfar de luz (ljósálfar), que viven en el cielo (la residencia de Frey se llama Alfheim) y los álfar negros u oscuros (svartálfar, dökkálfar). Realmente no eran elfos, sino una variante de los enanos, una rama que se reprodujo mucho con elfos y dioses, por lo que terminaron siendo una mezcla extraña entre enanos y elfos. Aunque, seguramente, en un principio la importancia de los elfos era mayor, posteriormente tuvieron una posición muy devaluada en las creencias folclóricas. La imagen noble de los elfos, altos y bellos, cayó en el olvido y se pasó a la concepción de elfo como criatura pequeña y traviesa; un claro ejemplo son los elfos que aparece en las obras de William Shakespeare. La relación con los hombres es ambigua, ya que pueden provocar enfermedades pero también favorecer. Se les dedicaba una importante ceremonia sacrificial que se llevaba a cabo a finales del otoño (el álfablót).
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Bestias
Entre otros seres sobrenaturales que se destacan en esta mitología se encuentran Fenrir, el lobo gigante, y Jörmungandr la serpiente marina que se encuentra rodeando al mundo. Estos dos monstruos son descritos como la descendencia de Loki y la gigante Angrboda. Criaturas más benévolas son Hugin y Munin («pensamiento y memoria»), los dos cuervos que posee Odín, el dios jefe, que cuando vuelven de pasar por todos los mundos le susurran al oído todo lo que han visto, y Ratatösk, la ardilla que escala las raíces del árbol que sirve como eje del universo, Yggdrasil, en el cual Odín se colgó de sus ramas durante nueve días y, tras esto, visualizó las runas.
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Comparaciones con otras mitologías
Como otras religiones politeístas, esta mitología carece del típico enfrentamiento entre el bien y el mal de la tradición de Medio Oriente. Los dioses y las fuerzas que representan son mucho más complejos de lo que aquí se señala. Para los escandinavos, los dioses eran fundamentalmente regin («poderes», en sentido amplio). Así, Loki no es exclusivamente un adversario de los dioses, aunque en muchas historias se le muestra como el némesis del protagonista Thor. Los gigantes no son básicamente malvados, sino rudos, tempestuosos, e incivilizados. El antagonismo existente en esta mitología, pero en vez de ser maldad contra bondad, es orden contra caos. Los dioses representan el orden y la estructura mientras que los gigantes y los monstruos representan el caos y el desorden.

Völuspá: el origen y el fin del mundo
El origen y eventual destino del mundo son descritos en la Völuspá («La profecía de la völva» o «La profecía de la sibila»), uno de los poemas más destacados de la Edda poética. Estos versos contienen uno de los más vívidos relatos creados en toda la historia de la religión y una representación de la eventual destrucción del mundo que es único en su atención al detalle. En la Völuspá, Odín, el jefe del panteón de los dioses nórdicos, conjuró el espíritu de una Völva muerta (chamán o sibila) y le ordenó que revelara el pasado y el futuro. Ella es reacia: «¿Qué pedís de mi? ¿Por qué tentarme?»; pero al estar ya muerta no muestra miedo por Odín, y continuamente se mofa de él: «Bueno, ¿sabrías más?», pero Odín insiste: si va a cumplir su función de rey de los dioses, debe poseer todo el conocimiento. Una vez que la sibila ha revelado los secretos del pasado y el futuro, cae nuevamente en el olvido: «Ahora me hundo».

El principio
En el principio, estaba el mundo de hielo Niflheim y el mundo de fuego Muspelheim, y, entre ellos estaba el Ginnungagap, un «hueco profundo», en donde nada vivía. En Niflheim había un caldero llamado Hvergelmir (el caldero rugiente) que borboteaba, y todo lo que caía de este, lo hacía en Ginnungagap. Al tomar contacto con el vacío se transformaba en hielo, hasta que, al final, el hielo terminó llenándolo todo. Las ascuas de Muspelheim caían sobre el hielo, creando grandes nubes de vapor de agua, que al llegar otra vez a Niflheim, creaban un bloque de hielo, en uno de los cuales estaba un gigante primitivo, Ymir y una vaca gigante llamada Auðumbla, de la cual se alimentaba Ymir bebiendo su leche. Ésta lamió el hielo, creando el primer dios, Buri, que fue padre de Bor, quien a su vez fue padre de los primeros Æsir, Odín, y sus hermanos Vili y Ve. Ymir era un hermafrodita y sus piernas copularon entre sí, creando la raza de los gigantes. Luego los hijos de Bor; Odín, Vili, y Ve; asesinaron a Ymir y de su cuerpo crearon el mundo. Los dioses regulaban el paso de los días y las noches, así como las estaciones. Los primeros seres humanos fueron Ask (ash, fresno) y Embla (elm, olmo), que fueron tallados de madera y traídos a la vida por los dioses, Hœnir/Vili, y Lóðurr/Ve. Sól es la diosa del sol, una hija de Mundilfari, y esposa de Glen, esta cabalga todos los días a través de los cielos en su carro tirado por dos caballos llamados Alsvid y Arvak. Este pasaje es conocido como Alfrodul, que significa «gloria de elfos», un kenning común para sol. Sól es cazada durante el día por Sköll, un lobo que quiere devorarla. Los eclipses solares significan que Skoll casi la atrapó. Está destinado que Skoll, eventualmente, va a atrapar y devorar a Sól; sin embargo será reemplazada por su hermana. El hermano de Sól, la luna, Máni, es cazado por Hati, otro lobo. La tierra está protegida del calor total del sol por Svalin, quien se encuentra entre el sol y ella. En la creencia nórdica, el sol no daba luz, ya que esta emanaba de Alsvid y Arvak. La sibila describe el gran fresno Yggdrasil y a las tres nornas (símbolos femeninos del destino inexorable; sus nombres; Urðr (Urd), Verðandi (Verdandi), y Skuld; se relacionan el pasado, presente y futuro), quienes giraban los hilos del destino bajo él. Ella describe la primitiva guerra entre los Æsir y Vanir y el asesinato de Baldr. Luego centra su atención al futuro.

Ragnarök
La visión nórdica antigua del futuro es sombría. En el final, según se creía, las fuerzas del mal y el caos sobrepasarían en número y vencerán a los divinos y guardianes de los hombres del bien y el orden. Loki y sus monstruosos hijos romperán sus ataduras; los muertos navegarán desde Niflheim para atacar a los vivos. Heimdall, el vigilante de los dioses, convocará a los anfitriones celestiales con un bramido de su cuerno. Trás esto, seguirá una batalla final entre el orden y el caos (Ragnarök), que los dioses perderán, ya que ese es su destino. Ellos, conscientes de esto, juntarán a los mejores guerreros, los Einherjer, para pelear de su lado cuando el día llegue, pero, finalmente, serán incapaces de prevenir al mundo de descender en el caos del cual una vez emergió; los dioses y su mundo serán destruidos. El mismo Odín será engullido por el lobo Fenrir. Sin embargo, habrá unos pocos supervivientes, ambos humanos y divinos, que poblarán el nuevo mundo, para volver a empezar el ciclo. O así la sibila nos cuenta; los eruditos están divididos en la cuestión sobre si esto es una posterior adición al mito que traiciona la influencia cristiana. Si es pre-cristiano, la escatología de la Völuspá puede reflejar una tradición indo-europea más antigua relacionada con la escatología del Zoroastrismo persa.
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