Centros de fe
Las tribus germanas nunca o rara vez tuvieron templos en el sentido moderno de la palabra. La Blót, la forma de adoración practicada por los antiguos pueblos germanos y escandinavos, se asemejaba a aquella de los celtas y los baltos; podía ocurrir en arboledas sagradas, también podía tomar lugar en un hogar o en un simple altar de piedras apiladas conocido como «horgr». Sin embargo, parece que hubo otros importantes centros, tales como Skiringssal, Lejre y Gamla Uppsala. Adán de Bremen afirma que hubo un templo en Upsala con tres estatuas de madera que pretendían representar las figuras de Thor, Odín y Freyr.
Sacerdotes
Aunque parece que ha existido un tipo específico de clero en el pasado, nunca tomó el carácter profesional y semi-hereditario de la clase druídica celta. Esto fue porque su tradición chamanística, el Seiðr, era mantenida por mujeres, las völvas. Se dice generalmente que el rol de rey germano evolucionó de un oficio sacerdotal. Este rol del rey estaba en línea con el rol general del godi, que era la cabeza de un grupo de familias afines (para esta estructura social, vea Ætt), y quienes administraban los sacrificios.
Sacrificios humanos
Solo ha quedado un testimonio de sacrificios humanos. Este se encuentra en la narración que hace Ahmad ibn Fadlan de un enterramiento en un barco, en el que una joven esclava se prestó a acompañar a su señor al otro mundo. Referencias menos directas son dadas por Tácito, Saxo Grammaticus y Adam von Bremen.
El Heimskringla cuenta cómo Aun, rey de Suecia, sacrificó a nueve de sus hijos en un esfuerzo por prolongar su vida hasta que sus súbditos consiguieron impedir que matara al último de ellos, Egil. Según Adam de Bremen, los reyes de Suecia sacrificaban esclavos varones cada nueve años, durante los sacrificios de Yule (la fiesta del solsticio de invierno) en el templo de Upsala. Los suecos no solo tenían derecho a elegir sus reyes, sino también a deponerlos, y, se dice tanto de Domalde como de Olof Trätälja que fueron sacrificados tras años de hambruna.
Odín era asociado con la horca, y una posible práctica de sacrificios odínicos por estrangulamiento tiene cierto apoyo arqueológico por la existencia de cuerpos perfectamente preservados por el ácido de las turbas de Jutlandia (que luego fue tomada por los daneses), en las cuales eran echados una vez estrangulados. Sin embargo, no existe ningún relato escrito que interprete específicamente la causa de dichos estrangulamientos.
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